Análisis de Transistor. La emotiva historia de una mujer sin voz

Transistor es un juego publicado por Supergigant Games en mayo del 2014; esta joya indie de estilo futurista nos presenta a Red, una cantante que ha perdido su voz, y a su guardaespaldas, que ha perdido su cuerpo. El sentimiento de pérdida se ha explorado muchas veces en el mundo de los videojuegos, pero mezclar este con la propia narrativa del juego es una decisión excelente.

La personalidad de Transistor. 

Transistor es un RPG muy al estilo Diablo, pero no busquéis tiendas o misiones secundarias, ya que el objetivo de Supergigant Games es introducirnos en un mundo mientras vamos descubriendo la misión que tenemos que cumplir para lograr terminarlo. Al iniciar solo dispondremos de una habilidad, pero conforme avancemos en la trama iremos desbloqueando nuevas habilidades que harán que tengamos más posibilidades para atacar en los combates. Lo novedoso es que cuando se agota tu barra de vida no recibes un game over, sino que Red pierde una de las habilidades que está usando en ese combate; y esas habilidades no se recuperan justo al terminar el combate, sino que necesitan de un enfriamiento. Esto hace que, cuando estemos más apurados y perdamos habilidades, tengamos que probar y explorar otras que no solemos usar; incentivando notablemente el ir probando diferentes habilidades para ver cual se adapta más a nuestro estilo de combate. Al terminar el juego nos permiten empezar la historia de nuevo con un nivel de dificultad mayor, pero con todas nuestras habilidades de la partida anterior. También hay que destacar que cada habilidad tiene diferentes ranuras en donde insertarse, haciendo que tengan efectos diferentes. Por ejemplo, una habilidad permite hacer un ataque en zona si se pone en la ranura activa, pero si se incluye en la ranura potenciadora de otra, otorgará el poder de hacer que esa habilidad sea también zonal; por último, está la zona de potenciación de Red, lo que hace que, si se insertan habilidades ahí, Red tenga más vitalidad, pueda recoger objetos a mayor distancia, etc.

El sistema de combate mezcla el tiempo real, en el que podemos ejecutar golpes y combos, con un tiempo pausado en el que podemos planificar cada movimiento y ataque que queramos realizar; aunque al terminar debemos esperar un tiempo a que se cargue sin poder hacer otra cosa que desplazarnos y huir; la estrategia es fundamental, ya que en el juego existen diferentes tipos de enemigos con diferentes rutinas y estrategias; hay algunos que te atacan a corta distancia y te atosigan, otros que atacan desde larga distancia, otros que al ser derrotados explotan haciendo daño a todo lo que hay a su alrededor, etc.

Ambientación y banda sonora. La Cloudbank

La ambientación es simplemente impresionante, la Cloudbank es una ciudad que, al inicio, veremos en su mayor esplendor, pero que conforme va avanzando la trama iremos viendo como va decayendo y desapareciendo. La música es, simplemente, lo mejor del juego; te mete de lleno en el mundo y hace que la inmersión sea abrumadora; pero, además, juega mucho con el hecho de que la protagonista del juego sea una cantante que ha perdido su voz e introduce algunos temas tanto con letra como con tarareos de la propia cantante, en ambos casos interpretada por Ashley Barret; es también muy destacable el trabajo de Logan Cunningham dando voz a la transistor y otorgando a la trama los matices necesarios para cambiar su tono en momentos determinados.

El juego es tremendamente lineal, dejando como única alternativa a la historia una serie de misiones que pueden completarse en pocos minutos; pero el propio juego es consciente de esas limitaciones y centra todo su potencial en una narrativa muy potente. Muchas veces en los videojuegos se ha explorado el sentimiento de pérdida, pero pocas con la potencia y el acierto que ha traído Transisitor. Durante el juego en pantalla solo están Red, sus enemigos, y la Transistor, que será la encarga de ir narrando y dar voz a los acontecimientos que irán sucediendo a lo largo del juego. Transistor no es el juego que llevará al limite los sistemas de PS4 o los ordenadores de nueva generación, pero tampoco lo necesita para crear una historia tan cautivadora como para enganchar a mucha gente hasta su final.

Duración

Quizá la duración sea su punto débil y a la vez una de sus mayores virtudes; la historia principal puede completarse en unas 5 o 6 horas, pero el juego ofrece una segunda vuelta con mayor nivel de dificultad y la posibilidad de instalar limitadores que hacen que haya más enemigos o que sean más poderosos, lo que puede incrementar su duración hasta las 12 o 15 horas sin ningún problema. Transistor es un juego que sabe hacia donde quiere dirigir al jugador, y que en unas cuantas horas es capaz de transmitir unas sensaciones tan potentes como algunos juegos que triplican su duración; es un bombón que hay que al comerse deja un gran sabor de boca y que perdura por mucho tiempo, pero que puedes consumir de prácticamente un bocado.

Conclusión. Fin de la transmisión

Siendo un juego que tiene ya la friolera de seis años a sus espaldas, Transistor es uno de esos juegos que dentro de veinte años seguirá teniendo una belleza que será difícil de igualar; desde Supergigant Games hicieron uno de esos juegos que tocan el alma de cualquiera que dedique unas horas a jugarlo. En mi opinión, cualquier jugador al que le guste explorar los límites del medio debe dedicar unas horas a este juego; ya que es el que mejor ha sabido plasmar el sentimiento de estar totalmente desamparado sin desquiciar al jugador. También es uno de los juegos que mejor ha trabajo la conexión del jugador con los personajes, ya que lo poco que permite la exploración tiene como recompensa algunas de las escenas de complicidad y humanidad que nos harán conectar con Red y la Transistor; al fin y al cabo, todos hemos experimentado en algún momento el sentimiento de que todo se nos viene encima, de que el mundo se derrumba con cada paso.