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Bandolero y el sentimiento de identidad.

person Publicado por: Carlos Crespillo Reyes list En: Entradas comment Comentario: 0 favorite Clicks: 4075

Hace unos días, Octavilla Games presentaba el videojuego de Tragabuche para descargar a través de su perfil de Twitter. El juego, mientras escribo estas líneas, cuenta solo con el modo “sobreviví”; pero están ya desarrollando la historia. En este modo de juego puede verse lo que yo sospechaba desde casi que conocí el juego; tienen un mimo y un cariño impresionante.

Por ahora el juego no es algo del otro martes, el control es correcto, hay poca variedad de enemigos y poco más; para ser una primera versión, y que ya han anunciado que van a seguir puliendo y mejorando el juego, el resultado es bastante bueno.

Los lectores de fuera de Andalucía seguramente se preguntarán quién demonios es Trabaguche y porqué estoy hablando del sentimiento andaluz; Tragabuche es uno de los personajes más icónicos de la serie que emitía Canal Sur 2 llamada Bandolero. Bandolero competía directamente en popularidad con otras series tan conocidas y queridas como son Bola de Dragón, Oliver y Benji, Pokémon o Digimon; realmente Canal Sur 2 molaba mucho si eras un niño en esos años. Bandolero transmitía alguno de esos valores que tan necesarios son hoy en día; no callarse ante las injusticias, ayudar a las personas que más lo necesitan y, sobre todo, no despreciar ni olvidar de donde vienes. Bandolero fue una producción de Canal sur en la que representaban una Andalucía del siglo XIX, incluido el famoso acento andaluz (que en mi paso por la facultad aprendí que debe llamarse hablas andaluzas). Para mí, ser andaluz es sinónimo de haber visto algo de Bandolero (aunque si es la serie completa mejor, que para algo está en Youtube), haber tocado el himno de la paz con la flauta y haber comido pan con aceite en el colegio mientras agitabas la banderita para celebrar el día de Andalucía; ser andaluz en Andalucía es una maravilla, pero ya cuando pasas de Despeñaperros es otra historia.

Por desgracia, a lo largo de esta maravillosa tierra llamada España, aún hay muchas personas con prejuicios hacia el pueblo andaluz, gente que nos considera vagos, incultos e irrespetuosos. Y no son pocos ejemplos, yo mismo he visto en alguno de mis viajes por la península como se despreciaban mis estudios por haberlos cursado en Málaga; autoridades como Carmen Calvo, vicepresidenta del gobierno, grandes celebridades de internet y autoridades en sus diferentes campos han recibido comentarios despectivos e insultos solo por su forma de hablar. Resulta casi irónico que la primera gramática castellana, que serviría de base a todas las que vieron después, fuese escrita por Antonio de Nebrija, nacido en Lebrija (Sevilla).

Pero no es solo con el tema del habla, el flamenco, declarado como Patrimonio Cultural Inmaterial en 2010 por la Unesco, tiene su origen en Andalucía. Pero, casualmente, ha acabado siendo el baile por el que es conocida España en todo el mundo; no el chotis, la sardana o cualquier baile regional. Con esto quiero decir que, el flamenco, ha sido arrebatado de la cultura andaluza para colocarlo en la cultura general española. Andalucía es el origen de muchas de las mejores cosas de España, pero sigue sufriendo mucho racismo lingüístico y social; lo único en que debe fijarse cualquier espectador es en el papel de los actores con rasgos andaluces en su habla. Un claro ejemplo de esto es Emilio, en la serie de Aquí no hay quién viva; Emilio era el portero del edificio, tardó varias temporadas en conseguir que la portería fuese de su propiedad, y en muchos capítulos se ve ninguneado por el hecho de ser el empleado de la finca. Además, cumple con el otro gran tópico andaluz, ser simpático. Con esto no quiero decir que Emilio esté mal, sálveme de decir eso, pero sí quiero dejar constancia de que es un tipo de racismo tan interiorizado que muchas veces ni nos damos cuenta.

Basta también con fijarse en qué rasgos se suelen usar para las personas con un bajo nivel socio-cultural; exacto, los rasgos del andaluz. Por eso mismo es tan importante Bandolero, o debería serlo para los andaluces; Bandolero no solo es una serie que mire cara a cara a los tópicos andaluces, sino que representa a los andaluces como héroes que se revelan ante la tiranía de don Rodrigo, antagonista principal de la serie. Y Bandolero es tan importante, que en apenas dos días el juego ha conseguido casi tres mil descargas; y espero que consigan muchísimas más porque Bandolero lo merece, y merece ser conocido por todo el mundo.

Viendo todo lo expuesto anteriormente, el sentimiento de identidad no debe mezclarse con la identificación o la empatía; me encanta que, en pleno 2020, se reivindique una obra tan necesaria y reaccionaria como fue Bandolero para mostrar una realidad a la que muchos nos enfrentamos casi a diario. Pero, por eso mismo, debemos también reaccionar ante las injusticias que vemos que se cometen a diario; hechos como el machismo en los videojuegos, la homofobia y el racismo deben ser combatidos. La vergüenza ajena que sentí al ver como la presentación de Assassin´s Creed Valhalla se convertía en una reclamación para que el personaje protagonista fuese un hombre, la polémica de la que se alimentan ciertos youtubers con la homofobia y The last of us 2 son los enemigos en esta batalla por la igualdad; si alguien rechaza jugar a un videojuego por el sexo, la orientación o la identidad de su personaje protagonista, el verdadero problema lo tiene el jugador.

Espero que os haya gustado el artículo, que tengáis un día genial y que no dejéis de visitar Percalandia para tener las mejores ofertas.

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