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La nostalgia y el videojuego

person Publicado por: Carlos Crespillo Reyes list En: Entradas comment Comentario: 0 favorite Clicks: 1382

Hace poco revisaba mi colección los juegos de la Playstation original; allí seguían esperando, fieles a su lugar en la estantería, Crash Bandicoot y Spyro 3: el año del dragón. En una época en la que apenas tenía juegos a los que jugar, tanto Crash en cualquiera de sus cincos juegos de la Playstation original como Spyro eran elecciones recurrentes; solo Dios sabe la cantidad de veces y horas que habré estado pasándome estos juegos. Hoy, unos cuantos años después, observo como, en otra estantería, están entre los juegos de Playstation 4 a los que quiero dar una segunda vuelta, pero para los que apenas puedo sacar tiempo.

Las tardes sentado en mi cama, con los cables del mando de la Playstation recorriendo la habitación mientras por la televisión salía la música del nivel de bonus en Crash Bandicoot, son aquellas tardes a las que muchas veces querría volver. Los momentos en los que tu mayor preocupación era poder terminar el jefe y guardar antes de la hora de cenar, y no las obligaciones de adulto que a veces se hacen tan aburridas.

La nostalgia es un sentimiento que puede mover mucho dinero; muchas empresas han sabido verlo y nos han traído remasterizaciones como Final Fantasy VII Remake, Resident Evil 3 o los mismos juegos de Crash y Spyro. Pero no solo es un ejercicio de revisión del videojuego por parte de los desarrolladores, sino que los propios jugadores también revisan la obra. Jugar al Crash Bandicoot de Playstation 4 no es igual que jugar al original, pero se le asemeja mucho; despierta los mismos sentimientos, la misma satisfacción al completar ese nivel que se atragantaba mucho; es lo mismo pero distinto.

No solo los videojuegos han cambiado, también nosotros como jugadores y personas hemos cambiado; en mi caso, en esa época me daba pánico Doom, era un miedo superior a mí; pero con los años, aunque siga pasándolo mal con juegos de terror, me he atrevido con muchas sagas y experiencias que antes no había hecho. Crash Bandicoot es un juego difícil de completar, pero Bloodborne, mi único acercamiento hasta la fecha a la mente de Miyazaki, también es un juego complicado. Y, sin embargo, aquí estoy, hablando de dos juegos que he superado. Los remakes son grandes oportunidades para revisarnos a nosotros con la obra, para ver nuestra madurez y como hemos crecido y avanzado con nuestra experiencia dentro y fuera de los videojuegos.

Como ya hablamos en nuestro primer podcast, los remakes son opciones perfectas para crear un punto de encuentro entre jugadores nuevos y jugadores más veteranos; en este caso puedo hablar por mi propia casa, ya que mi pareja no había jugado los mismos juegos que yo de pequeño, así que cuando jugó a Crash Bandicoot, o cuando jugamos a Crash Team Racing juntos, es como si se revivieran miles de recuerdos mientras se creasen otros nuevos. Es el acto de unión entre jugadores definitivo. Por desgracia, esto tiene un lado malo; ese lado que hace que algunos jugadores se crean dueños de los juegos; su experiencia y su forma de jugar es la canónica, y todo lo que difiera de eso está mal. El caso más reciente de esta polémica es Final Fantasy VII, no ya por su final, que parece haber disgustado a la mayoría de los jugadores, sino por ciertos momentos de la trama que han sido modifica. Es el doble filo de la espada.

Sin embargo, al revisar la valoración de los lectores de diferentes medios especializados, vemos en los primeros puestos de Playstation 4 a Resident Evil 2, The last of us o Dark souls III; juegos con más o menos pasado, pero que, para aquellos que lo jugaron en su día, siempre son una vuelta al pasado, a tiempos con más pelo y menos canas.

Vivimos en una época nostálgica, en una época en la que parece que cualquier tiempo pasado fue mejor; vivimos en el recordar las tardes de juego, las películas que nos emocionaron vuelven a las carteleras, los vinilos vuelven a circular por las tiendas; lo que era moderno ahora es retro, y lo que era retro es aún más retro. Las tardes en el coche camino a cualquier lugar con la Game Boy y el Pokémon amarillo, con mi padre al volante y Estopa en la radio; esos verdaderos momentos de felicidad que no sabíamos que estábamos viviendo.

Pero no es todo mirar hacia atrás, el remake de Pokémon amarillo con Let´s go Pikachu/Eevee fue también una prueba de lo que puede significar un remake. Cambiaba bastantes cosas del original, pero mantenía lo suficiente para que los dueños de la experiencia clásica no se quejasen mucho. En camino están una serie de remakes, unos más conocidos que otros; particularmente, me emocionó ver que XIII recibirá un remake, que además llegará a Switch y consolas de nueva generación. XIII fue mi primer juego para ordenador, lo jugué en una pantalla que parecía más una caja con un cristal que un monitor moderno; me encanta que, pronto, muchos jugadores pueden conocer este gran juego; y quien sabe si esto no hace que se desarrolle aún más esta interesante historia de espionaje.

Como dije antes, la nostalgia es un sentimiento que mueve mucho dinero. Pero la sensación de mirar atrás y poder ver cómo ha evolucionado la industria, como Crash Team Racing no solo ofrece la experiencia original, sino que ha sabido utilizar la forma de negocio de Fortnite y usar los micropagos de una forma responsable, dando la opción de conseguir todo jugando; ver como Spyro, que es puro amor por las plataformas, ha vuelto para reclamar el sitio que nunca tuvo que perder; ver como Resident Evil se mira a sí misma en el espejo para sacar una revisión que logra volver a asustar a todos los jugadores. Mirar al pasado para reinventar el futuro, lo mejor de los remakes.

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