See U in Percalandia

Hola Percales,

            Ya se va acabando el verano y antes del inicio de una nueva etapa he pensado que ya iba siendo hora de compartir una nueva entrada con todos vosotros. Hablando estas últimas semanas con Rudavaju (portador del anillo de Percalandia) acerca de que contenidos podían ser atractivos para introducir en el blog, pensábamos que quizá sería interesante para nuestros miles de lectores (guiño, guiño) un repaso a los momentos más espectaculares de la Gamescom de Colonia –que resultaron ser pocos, delirios Kojima S. A. aparte– o tal vez unas pequeñas palabras a modo de crítica de la espectacular, y absolutamente imprescindible, The Boys de la plataforma Amazon Prime. Tranquilos, pronto hablaremos del Patriota y sus ojazos…

            Cuando ya me había decidido a hablaros de la gran sorpresa “seriófila” del verano, caí en la cuenta de que cuando estéis leyendo estas líneas (probablemente ya miles de vosotros, jajaja) Percalandia ya no será un proyecto sino una realidad donde ya estaréis comprando como locos las figuras más espectaculares del universo fan. Por ello, he decidido hablar de lo que Percalandia supone para mí, para mi compañero de fatigas y también de lo que, creo, ambos esperamos para esta aventura.

(ALERTA SPOILER, a partir de aquí me pongo algo sensible, pero no mucho jajaja)

            Rudavaju y yo nos conocimos hace 17 años en la universidad (ahora a hacer cuentas de las canas) y pronto hicimos buenas migas. Dormíamos poco, fumábamos mucho, estudiábamos menos, tomábamos algunos tragos (ejem…) y, sobre todo, hablábamos mucho. Los temas de conversación iban de lo banal a lo trascendental y del rock a las películas que nos apasionaban; pero pronto, muy pronto, hubo un tema que se nos quedó enquistado a ambos: los maravillosos videojuegos. Allá por 2003 jugábamos en una Playstation al Tomb Raider de turno y bajábamos al ciber (para los lectores jóvenes, sitio con mogollón de ordenadores conectados a internet) a buscar guías cuando estábamos atascados en alguna parte. Por cierto, vivíamos en un piso sin luz natural al que siempre hemos llamado Batcueva, propiedad de nuestro tercer hermano de sangre, al que llamaremos “el batería”. La semilla estaba plantada y parece que el plan estaba trazado de antemano. En fin, amigos y juegos.

            El tiempo pasó, salieron a relucir las redondas barrigas (tampoco mucho), apareció alguna cana y algo de pelo se quedo en el camino. Las semanas ociosas se transformaron en fines de semana de ocio y estos, irremediablemente, se convirtieron en una –siempre muy esperada- visita mensual. Pero con mayor o menor frecuencia los juegos siempre estaban presentes. Además, la cosa se había sofisticado: aparecieron la Xbox 360, Playstation 4, Wii, Switch, las partidas masivas online… al mismo tiempo redescubrimos los juegos de cartas y de mesa de modo que, junto a Super Mario y Ezio Auditore, fueron ocupando espacio en nuestras vidas las distintas versiones de Risk, las recuperadas Magic y nuestro querido Munchkin. Os prometo que Rudavaju siempre gana y aun no tiene claras las normas… En fin, juegos y amigos.

             Es este un binomio que nos sigue acompañando y que, a pesar de las obligaciones de la vida adulta, mantenemos religiosamente siempre que la ocasión lo merece. Además podéis creerme que exprimimos el tiempo. Mis pobres ojos nunca olvidarán aquella sesión de 12 horas jugando a Diablo. Creo que hoy uso gafas por aquello pero, sin duda, volvería a hacerlo, jajaja. Y de Bloodborne prefiero no hablar hoy… En fin, amigos y juegos.

            Como os digo, la vida adulta nos atropelló y, en cierta medida, nos trajo a este punto. Nuestros recorridos laborales fueron tomando forma y, mientras yo me dediqué a la docencia y la investigación en el mundo del arte, Rudavaju desarrollo diferentes actividades en el mundo de la gestión y el comercio. Supongo que como os sucederá a muchos, vuestras experiencias laborales os llenan mucho menos que vuestras actividades de ocio y, de alguna manera, os gustaría que las unas sustituyesen a las otras. Pues, amigos por eso y nada más nace Percalandia. En fin, juegos y amigos.

            En este proyecto, en el que Rudavaju es Bran Stark y yo un ilusionado candidato a Mano del Rey (¿¿“vicepresidente ejecutivo” suena mejor??), hemos querido en cierta medida cuadrar ese complicado círculo en el que la pasión se transforma en trabajo y los juegos y amigos en, qué co...es, más juegos y más amigos. Y de acuerdo, Percalandia es una tienda y su principal objetivo es vender, por supuesto, pero la existencia de este blog y la actividad en redes pretende ser un paso más en otra dirección. El éxito de Percalandia estará en sus ventas, qué duda cabe, pero también en la capacidad de convertirse en un verdadero foro donde se generé opinión e intercambio de ideas y, quizá por encima de todo, el verdadero triunfo radique en la capacidad de elevarse como una plataforma desde la que la cultura popular se dignifique frente a ciertas visiones recalcitrantemente casposas sobre lo que debe y no debe ser cultura. En fin, amigos y juegos.

            Por ello, Percalandia es la casa de la Guardia de la Noche, de todos los Caballeros Oscuros que desde los años 30 han sido y serán, de nuestros queridos Link y Mario, del eterno plano secuencia de Kratos, de las espadas de plata y acero de Geralt, del sombrero de Roscharch, del planeta Marte del Dr. Manhattan y del sable laser del Maestro Skywalker. Percalandia es el lugar de todos ellos y de tantos otros nuevos y viejos dioses. Por cierto, espero que pronto también del Patriota… (lo confieso, me tiene obsesionado) En fin, juegos y amigos.

            En las próximas semanas retomaremos la temática habitual de este blog con algunas opiniones acerca de las novedades del mundillo (la que se ha liado con Spiderman después de nuestro artículo, jaja), con críticas de estrenos o con cualquier otra cosa que se pase por nuestras -un tanto desquiciadas- cabezas (vaya pintaza tiene la serie de Watchmen, la remasterización del Zelda Link´s Awakenig y el Joker de Joaquin Phoenix!!!!!). Pero antes del regreso a la rutina blogera me parecía de justicia dedicar estas pequeñas líneas al CEO de Percalandia. Él se ha atrevido a dar el paso con el que todos soñamos pero que no siempre somos capaces de realizar. Solo puedo finalizar deseando que este barco llegue con éxito a los Puertos Grises y que dentro de unos años Percalandia y su idea sean realmente un lugar donde compartir intereses, opiniones y pasiones.

            Vaya aquí mi humilde homenaje a los juegos y, sobre todo, a mi amigo.

            See U in Percalandia! (A comprar insensatos!!!!)