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Spiderman, no tan lejos de casa.

person Publicado por: DoctorK list En: Entradas comment Comentario: 0 favorite Clicks: 690

¡Hola Percales!

               Quiero empezar mi colaboración en este blog con algunas consideraciones sobre el acontecimiento de moda en el “mundo percal” en este inicio del verano: el regreso del Universo Cinematográfico de Marvel (MCU en sus siglas inglesas) por medio de uno de los pilares de la franquicia, el amigo y vecino Spiderman. Por supuesto, a partir de ahora caerá algún spoiler, aunque me gustaría hablar más del personaje que de la película en sí misma.

               Os transmito mis sensaciones en caliente, tras haber visto la película ayer por la tarde en la sesión de las 19h en –¡¡oh sorpresa!! – una sala repleta de criaturas nacidas en los 2000, rellenos de palomitas y con una energía un tanto agotadora para, el que sospecho, era el señor más mayor de la sala, padres confusos aparte. Al margen de la molestia evidente, la estampa terminó resultando una curiosa metáfora del hilo conductor de la película y del espíritu de este nuevo Spiderman. Volveremos sobre esta cuestión más adelante.

               Lo primero que debo decir es que asistí un poco asustado al estreno. En el ambiente  sobrevolaba la duda de si la franquicia seguiría con fuerza tras el auge y caída de Thanos o si, por el contrario, con el chasquido de Tony Stark se habría desinflado finalmente la saga, a causa del lógico agotamiento tras diez años de éxito indiscutible. Dicho de otro modo, ¿pueden los Vengadores sobrevivir a Tony Stark, su personaje más carismático? ¿Funcionará el universo Marvel sin Iron Man? Bien, a modo de adelanto, puedo aseguraros que en los primeros segundos de metraje todas las dudas se disipan de golpe. El MCU está en plena forma y Spiderman ha llegado para quedarse

           De todos es sabido que el personaje  –nacido en la mente de los geniales Stan Lee y Steve Ditko en 1962– es una de las creaciones más célebres de Marvel e, incluso, del nutrido conjunto total de superhéroes que inundan las viñetas de este arte gráfico (para una historia de los superhéroes del comic os recomiendo el genial Super Gods: héroes, mitos e historias del cómic, de Grant Morrison). El “trepamuros” se destacó desde muy pronto como uno de los buques insignias de la compañía, convirtiéndose paulatinamente, además, en un icono pop que ha trascendido con mucho el espacio de las viñetas. Spiderman es ­­–con permiso de Batman y Superman– el paradigma del superhéroe del siglo XX. A pesar de este carisma, el salto del personaje a los medios audiovisuales ha sido irregular y hasta tres actores diferentes han encarnado a Peter Parker y su alter-ego en los últimos 20 años (Tobey Maguire, Andrew Garfield y Tom Holland. A mí me han gustado los tres).  Tras el frenazo del  Spiderman de Garfield, el personaje cayó en un cierto letargo que parecía sería duradero, hasta que en la celebrada Civil War, el Spiderman imberbe de Tom Holland hacía su espectacular aparición en el equipo de Iron Man –¡¡Ay Tony!! –, integrándose plenamente ya en la línea narrativa del MCU. A esta presentación inicial le siguieron Homecoming, en la que se nos introducía más detenidamente en la vida de este nuevo Peter adolescente, y las espectaculares Infinity War y Endgame, con la muerte y resurrección del héroe. Spidey estaba de regreso.

               Tras este repaso atropellado, son muchos los éxitos y méritos que podríamos enumerar de este “revival” arácnido pero, indiscutiblemente, el mayor acierto de esta re-conceptualización del personaje ha sido plantear su arco de desarrollo en estrecha relación con Tony Stark/Iron Man. Peter Parker llegó para ser primero aprendiz y después heredero. Además, con la llegada del megalómano Thanos, constatamos que el nacimiento de un héroe venía a preludiar la caída de otro. En este  nexo dramático es donde el hombre araña de Holland supera con creces a los de Maguire y Garfield. No solo la integración de la araña en el MCU fue total, sino que su rol creció película a película hasta transformarse en la pieza maestra de este maravilloso experimento narrativo.

               La reescritura del mito no solo ha afectado a la saga Vengadores y, por ejemplo, hemos encontrado en fechas recientes dos propuestas interesantísimas centradas en el héroe neoyorkino. Me refiero a la versión animada Spiderman. Un nuevo universo (de la que hablaremos con más calma en otra ocasión) y a Spiderman el videojuego, diseñado por Insomniac Games de forma exclusiva para PS4 (el que suscribe este texto es orgulloso poseedor del trofeo de platino, jaja). La propuesta para la consola de Sony es especialmente sugerente, ya que abre todo un abanico de posibilidades narrativas en un formato con menos limitaciones que el de las series y los largometrajes. Veremos hacia donde se dirige esta línea transmedia de Marvel (en 2020 llegará el juego de los Vengadores y es inminente la aparición del canal en streaming de Disney con nuevas historias para nuestros héroes) pero por lo pronto la historia incluida en este juego forma parte canónica del MCU, con un Peter más adulto que el de las películas estrenadas hasta la fecha y con una bis dramática también muy potente.

               Regresando a la película recién estrenada, os adelantaba que mi trauma inter-generacional en la sala del cine había sido una suerte de preludio del renacer del personaje. La historia se inicia en un verdadero momento de transición generado por los trágicos acontecimientos de Endgame. A pesar de que el protagonismo absoluto sea de Peter, la sombra de Iron Man es alargada y su figura, ya ausente, surca el conjunto del film de manera insistente. Al margen de algunos de los detalles del guión ­–diferentes dimensiones, Misterio, los elementales o los viajes por Europa– la historia gira verdaderamente en torno a una única pregunta, ¿es Spiderman el nuevo Iron Man? El dolor por la pérdida de su mentor, el peso de la responsabilidad y el miedo de no estar a la altura como heredero, atenazan a un Peter Parker que, a sus 17 años, decide emprender un viaje iniciático hacia Europa (fantaseo con un nuevo videojuego en París o Londres…) a medio camino entre la huída y la búsqueda. Este proceso resulta verdaderamente enternecedor y solo culmina cuando el héroe adolescente asume su nuevo rol y acepta el legado del señor Stark (cuantas gafas de sol van a venderse este verano). En este rito de paso es donde se comprende mi cuadro de ansiedad en la sala del cine: pese a quien pese, los viejos héroes deben dejar irremediablemente paso a los nuevos. Exacto, ya nunca seré un héroe y Spiderman se hace selfies…

               Con esta estrategia –nada novedosa pero absolutamente eficiente– Marvel ha conseguido, de una parte, cerrar un ciclo comandado por la figura de Iron Man y dar paso a otro centrado en la de Spiderman; y de otra, establecer una nueva fase fundamentada en su propia mitología, apelando además al siempre exitoso concepto de la nostalgia (Stranger Things y J. J. Abrams vienen a mí cabeza…). Peter echa de menos a Tony, su mundo echa de menos a Tony y nosotros echamos de menos a Tony. Ay Tony!!!

                La longevidad de este nuevo MCU está por verse, pero es indiscutible que los cimientos son sólidos y los aciertos evidentes. Han construido un nuevo líder de las cenizas de su antecesor y, lo que parece, una nueva dinastía de héroes llamados a reinar en la taquilla por unos cuentos años más. Este Spiderman es un buen epílogo de Endgame y un esperanzador reinicio para lo que queda por venir. Ni se os ocurra levantaros de la butaca durante los créditos…        

               Peter Parker, lejos de casa o no, es Spiderman y, por lo tanto, un héroe autónomo. Sin embargo, en esta revisión del personaje, llamado a liderar los nuevos Vengadores, siempre habrá algo de Tony, de modo que Iron Man –y AC/DC– seguirá estando presente en esta nueva fase, lo que nos ayudará a todos a llevar un poquito mejor el duelo tras el funesto chasquido.

               Ya seamos mayores o jóvenes, nuevos fans o viejos frikis, millenials o generación X, todos estamos presentes, de un modo u otro, en el legado del señor Stark. Lástima que junto con Tony se hayan ido Steve Ditko y Stan Lee, estoy seguro de que ellos también están en casa. Hasta siempre Iron Man!!! Bienvenido Spidey!!! Excelsior!!!  

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